Ingeniero Constantino de Tárnava fue pionero de la radiodifusión en México su primera “estación experimental” que inició sus actividades el 15 de septiembre de 1923 al que llamó con las siglas “TND” (Tárnava-Notre Dame) en el periódico “El Porvenir” publicaba los horarios de transmisión. Se leían noticias ya publicadas, se tocaba el fonógrafo y una pianola.
El 6 de julio de 1924 la conferencia internacional de telecomunicaciones celebrada en Berna, Suiza, asignó a los diversos países las siglas que deben utilizar para identificar a las estaciones.
México no envió delegación a dicha conferencia y le son asignadas las siglas CYA a CZZ. De esta manera las estaciones que existen en ese momento deben adaptar sus indicativos. Posteriormente se le asignaron la XE y la XH. El 15 de septiembre de 1923 inaugura José Reynoso la estación de “el buen tono”, posteriormente conocida con las siglas CYB y más tarde en 1929 esta radiodifusora se convierte en la XEB, la "B" grande de México. El 18 de septiembre de 1930, inició sus actividades la XEW. El primer locutor de esta estación fue el actor Arturo de Córdoba, con una programación amena, interesante y versátil. Esta radiodifusora comenzó sus actividades con el slogan de "XEW: LA VOZ DE LA AMERICA LATINA DESDE MÉXICO".
La XEQ se lanzó al aire en 1938 con la rúbrica de "Radio Panamericana".
En esta estación se iniciaron como artistas el inmortal ídolo de México, Pedro Infante, y Consuelo Velázquez, formando parte de una Pléyade de estrellas que se convertirían en artistas consagrados. Y papa 1947, empieza a difundir sus programas la XEX. Las primeras transmisiones de prueba de la XEW iniciaron el 7 de septiembre de 1930 pero inició sus transmisiones formales el 18 de septiembre de ese mismo año.
Después de estas estaciones siguieron otras muchas, algunas de ellas de vida efímera, pero las que se ganaron el corazón de los radioescuchas siguen con su difícil tarea de diseñar el arte de comunicar y entretener a su auditorio.
Un común denominador de las primeras estaciones de radio es que los locutores tenían que tener una serie de habilidades como las siguientes: una voz excelente, saber improvisar, ya que generalmente los comerciales que se difundían, en la mayoría de los casos, tenían que improvisarse. Asimismo, y sobre todo en provincia, un locutor tenía que saber manejar la consola para ir poniendo las canciones y los comerciales grabados, que por lo regular venían en los discos 75 RV's, entre segmento y segmento. Entre los programas que tuvieron éxito hace 50 años todavía se siguen escuchando y continúan recibiendo aplausos, algunos de estos programas fueron LA TREMENDA CORTE, un programa simpático con personajes de la comedia radiofónica que encabezaba Leopoldo Fernández como "TRES PATINES" y Minic Al como "Nananina", principalmente, en donde, de una manera ingeniosa, "Tres Patines" siempre jugaba con las palabras para tratar de confundir a sus acusadores y en donde aparentemente siempre salía airoso al final.
Otro programa en el formato de Radionovela fue "Kalimán, el hombre increíble" con personajes con un talento de voces muy particulares que encabezaba Luis Manuel Pelayo, caracterizando a "Kalimán", junto con Luis de Alba en el papel de "Solín". Si la radio sustituyo a la prensa escrita, con la llegada de la televisión la radio también fue sustituido.
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