miércoles, 3 de febrero de 2010

Historia del Cine


La historia es uno de los fundamentos de la narrativa, el argumento, la ambientación y la atmósfera cinematográfica. Toda película, fundamentalmente las que reflejan la misma época en que se filman, documentan un momento histórico. Las primeras películas que se filmaron, de un minuto de duración, son un documento histórico de un minuto. La salida de los obreros de la fábrica de los Hermanos Lumiére, una de los primeros filmes proyectados al público, es un documento histórico sobre vestuario, gestos y estilo. Las imágenes filmadas reflejan situaciones, modos de vivir y de sentir, que convierten el celuloide en documental de una época determinada. Las películas realizadas desde el nacimiento del séptimo arte, con temática y localización en este siglo, determinan una forma de ver la realidad en cada momento, se adecuan a las formas, filosofías y maneras de pensar de cada tiempo y son, de alguna forma, los cronistas que nos permiten conocer cómo han ocurrido los hechos de los últimos cien años. Es impensable entender lo que ocurrió y cómo se vivía en la Europa de la posguerra sin ver películas como Ladrón de bicicletas, o Los cuatrocientos golpes. Podemos conocer la ideología dominante en la España del posfranquismo viendo películas de la época. Raza, película cuyo guión realizó el mismo Franco con seudónimo de J. de Andrade, es de vital importancia para conocer los valores en los que nos movimos varias generaciones de españoles.

El llamado «cine de época», intenta rememorar épocas y episodios, pensamientos y sucesos, que pueden también ser analizados y cotejados con lo que se conoce desde otro tipo de documentos. Nada hay que descartar, ya que en cine, todo se puede y debe debatir y cuestionar. La labor del profesor será orientar los trabajos para que sean eficaces en orden a la adecuación de currículum, contenidos y métodos de trabajo. Las obras cinematográficas basadas en W. Shakespeare, de los tanto se expresa en este capítulo, que han tenido generalmente muy buena fortuna en sus adaptaciones, pueden ser cantera inagotable no solamente para el estudio de la historia, lengua y literatura, idioma inglés, etc., sino también para analizar valores o contravalores como la amistad, los celos (Otelo), la ambición por el poder (Ricardo III), o los entresijos de la política (Enrique V).

No hay que olvidar tampoco las posibilidades que proporciona el cine documental, que desde el punto de vista histórico es muy rico en aportaciones, ya sean películas hechas sobre referencias filmadas, icónicas, pictóricas, musicales o sobre textos, de momentos históricos o sus personajes.

Otras disciplinas para abordar la historia

La investigación histórica tiene varias maneras de abordar los acontecimientos históricos y en el siglo pasado inició con nuevos métodos de investigación por parte de la historia y ha modificado profundamente el procedimiento del historiador en su manera de abordar la historia. El historiador ha tenido que echar mano de otras disciplinas como: la economía, la sociología, la psicología, etc. y debe tomar en cuenta el estudio de las mentalidades. Por lo tanto podemos ver que desde estas perspectivas, las barreras que dividían las diferentes disciplinas se vuelven más flexibles. Así que prácticamente los historiadores han tenido que ampliar sus perspectivas, hasta incluir en sus investigaciones no sólo las tendencias económicas, acontecimientos políticos y cuestiones sociales, sino también la historia de las mentalidades, historia de la sexualidad, historia material, la historia de la vida cotidiana, etc. Pues de otra manera no habrían podido llevar a cabo sus investigaciones si se hubieran limitado a utilizar documentación, por lo general fuentes escritas guardadas en archivos.


Así que desde esa época, podemos ver que los historiadores no únicamente utilizan fuentes escritas, sino también fuentes orales, y todo artefacto, obra o creación hecha por el hombre para poder acercarse y poder darle una nueva interpretación del pasado por medio de otras fuentes. Pero por un lado y aun con la importancia del nacimiento del cine en el siglo XX, puedo analizar que muy pocos historiadores se apoyan de los filmes, para poder darle otra interpretación a la historia evocando una época anterior que el investigador puede hacer uso de la misma para enriquecer su trabajo historiográfico. Yo puedo ver que el cine se presenta como una nueva manera de ver la historia que por medio de imágenes, sonidos y sin que exista únicamente imágenes, el historiador que cuenta la historia nos puede trasladar al pasado histórico de los pueblos y de las diferentes culturas. En este sentido Marc Ferro comenta, "por lo que atañe al cine, y a otras fuentes tampoco escritas, creemos que no se trata de incapacidad ni de retraso, sino de ceguera o de rechazo inconsciente que procede de causas más complejas".

El cine como herramienta para el historiador

El cine como una herramienta muy importante e útil para, en este caso el historiador, "no es un accidente, es algo central en un siglo que sería diferente si este no hubiera existido, los historiadores se sirven, para interpretar el pasado, de las huellas que éste les ha dejado. Se trata, en la mayoría de los casos, de documentos escritos; sin embargo, algunos objetos cotidianos, herramientas, dibujos y también películas son marcas de una época anterior que el investigador puede usar. Los historiadores que se involucran sin preparación en el estudio de las obras cinematográficas interrogan documentales o noticias filmadas, seguros de que ahí van a encontrar datos precisos y de que, en cierto modo, van a ver ante sus ojos el desarrollo de momentos históricos".

La creación del cine apareció como un progreso científico en el siglo pasado, sin embargo hoy en día sigue teniendo esa función inicial, como por ejemplo en la rama de la medicina o en la institución militar para identificar armas enemigas. Aunque el cine, se convirtió en producción artística, intervienen los pioneros en los filmes, documentales o de ficción, y ya desde un comienzo, la cinematografía, fue pretexto de representación, educación y glorificación. Por medio del cine la figura de un personaje lo pueden convertir en un héroe o en un villano.

El cine como reconstrucción histórica

Al surgir el cine, los dirigentes de la sociedad se dieron cuenta del poder de las imágenes y advirtieron cual podía ser la función que desempeñaría el cine trataron de apropiárselo y ponerlo a su servicio. Marc Ferro en relación a esto, comenta "la diferencia se sitúan aquí a nivel de las tomas de conciencia, no de las ideologías: y es que los dirigentes (…) desean la subordinación del cine", pero el cine exige su propia autonomía, con muchas dificultades algunos cineastas establecieron total independencia con respeto a las ideologías dominantes, y se mantuvieron firmes en sus autonomías, y de esta manera logran producir películas totalmente independientes.

Sin embargo a pesar de lo anterior algunos cineastas sucumben ante las ideologías dominantes y por otro lado, un número reducido, que ejerce autonomía propia. Ambos grupos crean obras que contienen fuentes objetivas, o mejor dicho, puede convertirse en esa fuente objetiva para el entendimiento de las sociedades pretéritas. De igual forma, sucede con los distintos tipos de películas, aquellas de "reconstitución histórica", "ficción histórica" y "reconstrucción histórica". Sin embargo las películas producidas sobre el pasado reciente (que Ferro denominó de "reconstitución histórica") evocan mejor o peor, pero con clara voluntad historiográfica, los filmes realizados en su propio periodo (llamado de "reconstrucción" según los términos de Marc Ferro), poseen un valor socio-antropológico que, con el paso del tiempo, cobrara verdadera importancia como documento histórico. La razón de esto es obvia: tales filmes muestran el hoy o el ayer de los hombres y las mujeres de una determinada época, retratan a la gente, su modo de vivir, sentir, comportarse, vestir e incluso de hablar, así como en algunas podrían mostrar los inmuebles de determina época.

Por lo tanto, podemos analizar que las películas que reconstituyen el pasado, según Pierre Sorlin, nos hablan más de cómo era o es la sociedad que las ha realizado, de su contexto, que del hecho histórico o referente que intentan evocar. Por ejemplo, La Marsellesa, de Jean Renoir (1937), clarifica más cómo era la gente del Frente Popular galo que lo que realmente fue la Revolución Francesa. Mientras la también magistral obra de Rohmer La inglesa y el duque (2001) viene a ser una lectura «revisionista» del hecho revolucionario en base a las memorias de una aristócrata de la revolución francesa, de esta manera por medio del cine ambas películas nos aproximan a la Revolución Francesa de una manera acaso con mayor fuerza que los libros o los documentos históricos, porque nos hace ver y sentir muy de cerca las vivencias, en este caso de de sus protagonistas.

0 comentarios: